6 errores más comunes al iniciar una vida saludable

Comenzar una vida saludable puede estar lleno de desafíos. Más allá de la dificultad de cambiar la costumbre o hábitos de vivir y alimentarse, se añaden otros factores como la falta de tiempo o la conveniencia.

Desde la búsqueda obsesiva del peso ideal hasta la adopción de cambios drásticos y poco realistas, existen errores recurrentes que pueden desviarnos del camino hacia una salud duradera.

En este artículo exploraremos los 6 errores más comunes que debemos evitar para ayudarte a alcanzar tus objetivos.

El peligro del todo o nada

Este es, sin duda, uno de los errores más comunes.

Este enfoque «todo o nada» puede ser muy desmotivante. Si alguien se desvía un poco de su plan o comete un pequeño error, tiene la sensación de que ha fracasado por completo y abandona sus esfuerzos.

Es más beneficioso adoptar una mentalidad de equilibrio y moderación. Esto implica aceptar que no siempre se pueden hacer elecciones perfectas, pero cada pequeño paso hacia hábitos más saludables cuenta.

Todos hemos dicho alguna vez eso de: «a partir del lunes, dejo de comer chocolate», o «el 1 de Enero, me apunto al gimnasio.»

Pero si para el miércoles o el día 5 de Enero no hemos conseguido nada, tiramos la toalla directamente.

Puede ser que no consigamos quitarnos el chocolate del todo en un día. O ir cada tarde al gimnasio.

Pero poner la rueda en movimiento ya es un gran paso.

Al principio, antes de conseguir instaurar un nuevo hábito en nuestras vidas, este cambio en nuestra rutina es una obligación, y tenemos que usar nuestra fuerza de voluntad para conseguir llevarlo a cabo, sea el chocolate o el gimnasio.

Y seguramente algunos días lo consigamos. Y otros no.

Pero si perseveramos, si seguimos intentándolo día tras día, poco a poco iremos avanzando.

Si los primeros días fracasas, no importa. Lo vuelves a intentar al día siguiente. Y al siguiente. Y, poco a poco, los días de triunfo serán mayoría.

Empezar con grandes cambios

Es también un error muy común pensar que es necesario hacer grandes cambios, dramáticos y repentinos, en nuestra alimentación o estilo de vida para lograr resultados.

Comenzar con cambios drásticos al intentar adoptar un estilo de vida saludable puede resultar contraproducente, porque estos cambios repentinos generan estrés, tanto físico como mental.

Por ejemplo, si alguien decide cambiar radicalmente su dieta de un día para otro eliminando por completo ciertos alimentos o grupos de alimentos, puede desarrollar ansiedad, antojos intensos y dificultades para concentrarse.

Por ejemplo, hoy día conocemos el poder adictivo del azúcar.

«Voy a hacer dieta cetogénica». O… «voy a correr una maratón». Estos son claros ejemplos de objetivos irreales, difíciles de alcanzar en un plazo de tiempo corto y que van a potenciar el sentimiento de fracaso.

Realizar cambios pequeños, fáciles de realizar, nos animará a seguir avanzando y poco a poco podremos ir agrandando nuestros objetivos.

Centrarse en el peso

Darle demasiada importancia al peso puede llevarnos a descuidar otros aspectos fundamentales de nuestra salud como la alimentación nutritiva, la actividad física o el bienestar emocional y mental.

Centrarse en el peso también puede desencadenar emociones negativas y generar obsesión por los números en la balanza, que puede conducir a comportamientos poco saludables como dietas extremadamente restrictivas, preocupación excesiva por las calorías o un ciclo constante de dietas y recuperación de peso (efecto yo-yo).

Esto implica valorar la salud en su totalidad, incluyendo la alimentación equilibrada, la actividad física regular, el descanso adecuado, el manejo del estrés y el bienestar emocional.

Te sorprendería saber, por ejemplo, qué hace el ejercicio físico en el cerebro.

Establecer metas relacionadas con hábitos saludables en lugar de un número en la balanza puede promover cambios positivos y sostenibles a largo plazo.

Es más o menos sencillo perder kilos. Si haces una restricción calórica muy fuerte, puedes perder muchos kilos en muy poco tiempo.

Pero los vas a recuperar enseguida en cuanto retomes tu vida normal. Así que quizá es mejor empezar por la salud y que los kilos vayan detrás.

La trampa de la comparación

Caer en la trampa de la comparación puede resultar peligroso para el bienestar emocional y el progreso personal. La comparación con otras personas, especialmente en lo que respecta a los cuerpos, los logros en el fitness o los hábitos saludables, puede tener efectos negativos significativos.

En primer lugar, la comparación suele ser injusta y poco realista. Cada persona es única, con diferentes cuerpos, genética, contextos y condiciones de vida. Lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra.

Además, la comparación constante puede desviar la atención de los propios objetivos y progreso personal. En lugar de concentrarse en el bienestar individual y los logros personales, se puede caer en una espiral de intentar alcanzar el ideal de otra persona, lo que puede llevar a desmotivación y abandono de los propios esfuerzos.

¿Has probado el ayuno intermitente y resulta que te genera mucha ansiedad? No pasa nada. El ayuno intermitente, aunque muy recomendable, no es para todo el mundo.

Pero quizá no tienes problema en ir a dar un largo paseo después de comer y sacar partido a todos los beneficios de caminar.

La clave está en cultivar la autocompasión, aceptar y valorar el propio camino hacia la salud sin compararse con los demás. Cada persona tiene su propio viaje.

Las complicaciones innecesarias

Otra de las grandes trampas: dejarse cegar por los gimnasios con bonitos y complicados aparatos, clases de zumba nivel pro y jornadas de escalada chilena.

Abrumarse con información compleja, planes de dieta extremadamente detallados o rutinas de ejercicio complicadas puede generar estrés innecesario y dificultar la adopción de hábitos saludables de manera sostenible.

Además, la simplicidad fomenta la consistencia. Si los cambios que se realizan para llevar una vida más saludable son simples y accesibles, es más probable que se mantengan a lo largo del tiempo.

¿Y por qué no empezar añadiendo más verdura a cada plato? ¿O apuntarte a ese gimnasio de tu barrio que ofrece clases de Pilates?

Y otro gran error en este sentido son las recetas. Ahora en internet puedes encontrar recetas de todo tipo, con ingredientes exóticos y largas elaboraciones.

Pero seguramente que te será mucho más facil continuar con tus recetas de siempre pero ir eliminando aquellos ingredientes que sabes que no te van bien. ¿Huevos con jamón? Estupendo, pero sin pan.

Puedes visitar nuestro artículo 5 desayunos saludables y fáciles.

Metas irreales

Establecer metas irreales al comenzar un camino hacia una vida saludable puede resultar contraproducente por varias razones.

En primer lugar, metas poco realistas tienden a generar frustración y desmotivación cuando no se alcanzan. Esto puede llevar a abandonar los esfuerzos por llevar un estilo de vida más saludable.

Las metas poco realistas también pueden generar sentimientos de fracaso, haciendo que las personas se sientan incapaces de seguir adelante.

Al fijarnos metas realistas se permite un progreso gradual, lo que aumenta las probabilidades de éxito a largo plazo.

Al embarcarnos en un estilo de vida saludable, es importante establecer metas realistas y sostenibles a largo plazo.

Estas son algunas recomendaciones para establecer metas efectivas:

• Conoce tus capacidades y limitaciones: Ten en cuenta tus condiciones físicas, tu disponibilidad de tiempo y tus preferencias personales a la hora de establecer metas.

Si trabajas 10 horas diarias, puede ser bastante difícil que vayas a correr 10 km antes de ir a la oficina, pero seguramente puedes subir las escaleras en lugar de coger el ascensor.

• Define metas a corto y largo plazo: Establece objetivos pequeños y alcanzables que puedas cumplir en el corto plazo, y también define metas a largo plazo para mantener tu motivación y seguir avanzando.

Una meta a corto plazo puede ser, por ejemplo, sustituir el pan blanco por su versión integral. A largo plazo nos podemos plantear eliminar el pan por completo o consumir la mitad.

• Celebra tus logros: Reconoce tus avances y celebra cada logro alcanzado, por pequeño que sea. Esto te ayudará a mantenerte motivado y a seguir adelante en tu camino hacia una vida saludable.

En última instancia, el viaje hacia una vida saludable es un proceso personal y continuo, lleno de aprendizaje y crecimiento.

Reconocer los errores comunes al inicio de este camino es el primer paso para corregir el rumbo y avanzar con mayores probabilidades de éxito. La clave reside en cultivar la constancia, la autocompasión y la determinación para seguir adelante.

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