En ocasiones los platos tradicionales están cargados de carbohidratos, por lo que solemos apartarlos de nuestra vida saludable y potencial. Por eso os traemos hoy un clásico entre clásicos en su versión keto.
Estas albóndigas están tan sabrosas y jugosas como las que conocemos de toda la vida, pero con muy pocos carbos. Ideales para que disfruten grandes y pequeños.
Recuerda que conviene quitarle la piel y las semillas al tomate, para deshacernos de sus anti-nutrientes.
Vamos a hacer bolitas…
2 cebollas
1 calabacín
1 tomate
1 huevo
Harina de almendras
Aceite de oliva
Canela
Cúrcuma
Pimienta negra
Sal
Preparación
Pica las cebollas y sofríe la mitad en una sartén. Reserva.
En un bol amplio, bate el huevo y mezcla con la carne y la cebolla pochada. Incorpora un poco de harina de almendras, lo justo para que lo una todo. Sazona al gusto con la sal, pimienta y canela. Mezcla bien.
Forma las albóndigas, bien con la mano o bien con la ayuda de un bolero de helados. Dependiendo del tamaño de las albóndigas, su tiempo de cocción será mayor o menor.
Séllalas por todos lados en una sartén con aceite. Reserva.
Para hacer la salsa, sofríe lentamente la mitad de la cebolla picadita que te queda en una olla con un poco de aceite. Añade el calabacín y el tomate cortados en dados pequeños. Cuando la cebolla tome color, añade un vaso de agua y condimenta al gusto con sal, pimienta y cúrcuma.
Deja cocinar la salsa durante 15 minutos a fuego suave. Vigila que no se evapore el agua. Si fuera necesario, tapa la olla. Cuando esté lista la salsa, tritúrala.
Incorpora las albóndigas a la olla con el tomate y deja que se cocine todo junto a fuego suave durante el tiempo que necesiten para terminar de cocinarse.
Este plato se conserva muy bien en nevera durante 3-4 días y en el congelador durante un par de semanas.
En nuestros programas encontrarás recetas fáciles, sanas y resultonas como esta.
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