Sencillo plato cargado de proteínas, perfecto para los días más fríos.
Tradicional de Cuaresma y Semana Santa, hace tiempo que su consumo se ha extendido a todo el año, siendo los meses fríos los más agradecidos para degustar este clásico potaje, en esta ocasión en su versión más sencilla y rápida.
800 ml caldo pescado
600 g espinacas
300 g bacalao
Tamari
Aceite de oliva
Preparación
Si los garbanzos son de bote, pásalos por agua y lávalos bien.
Si utilizas bacalao en salazón, debes desalarlo durante 24 horas, cambiando el agua cada 6-8 horas.
Pica la cebolla y cocina en una cazuela con un poco de aceite a fuego medio/suave unos minutos, los que necesite para ablandarse y quedar transparente.
A la par, lava las espinacas y cuece en abundante agua hirviendo. Escurre bien.
Incorpora las espinacas a la cazuela de la cebolla y cocina un par de minutos. Incorpora entonces el caldo de pescado y los garbanzos, y cuece todo junto durante 10-15 minutos.
Apaga el fuego y añade el bacalao (desalado) troceado, casi desmigado. Tapa y deja 8-10 minutos más para que se haga el bacalao con el calor de la cazuela.
Completa el plato con un chorrito de tamari en el momento de servir.
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