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Inconvenientes del calzado moderno

Los inconvenientes del calzado moderno no es un tema de actualidad. Seguramente en la última comida familiar se habló de la inflación, de la guerra, de la ceremonia de los Oscars o incluso se bromeó sobre que la inteligencia artificial va a dominar el mundo.

Pasamos la mayor parte de nuestra vida calzados. Con zapatillas de andar por casa, zapatillas de deporte, zapato de tacón, zapato de vestir, sandalias… Ya desde los primeros meses de vida colocamos a los bebés rígidos zapatitos.

Incluso hemos desarrollado toda una industria alrededor del diseño de las zapatillas de deporte: que si con amortiguación, con cámara de aire, para pronadores o supinadores, con apoyo del arco plantar, que respiran… Seguro que conoces la mayoría de esos términos, aunque no juegues en la NBA.

Pero cada vez más voces se alzan contra esta tendencia, y nos recuerdan que hemos evolucionado corriendo por la sabana africana… descalzos.

Vamos a ver cómo el calzado moderno afecta a nuestra biomecánica y cómo podemos beneficiarnos de andar descalzos.

Nuestros pies

El ser humano es realmente una obra maestra de la biomecánica. Somos el único mamífero que evolucionó a una marcha bípeda contralateral habitual.

Pero esa postura erguida tiene el inconveniente de colocar nuestras articulaciones verticalmente unas encima de otras, formando cadenas cinéticas que nos hacen especialmente sensibles a la gravedad.

Fue esta capacidad de caminar erguidos la que nos ha permitido liberar nuestras manos, convirtiéndolas en increíbles herramientas que operan bajo un complejo sistema neuromuscular dirigido por el cerebro más poderoso que ha existido nunca.

Pero mientras nuestras manos evolucionaron a estructuras capaces de tocar el violín o pintar obras de arte, nuestros pies permanecieron en el suelo, asumiendo en su totalidad la enorme responsabilidad de la locomoción.

Nuestros pies contiene 52 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, tendones y ligamentos, además de una extensa red neuronal que transmite valiosísima información a nuestro cerebro.

En esencia, nuestros pies son una increíble pieza de ingeniería biológica.

Con el bipedalismo, gracias a caminar erguido, el ser humano liberó sus manos, lo que le ha permitido alcanzar la cumbre de la evolución como especie.

Y sin embargo, no solo menospreciamos las importantes funciones de los pies en nuestra vida diaria, sino que, a la hora de dotarlos de protección frente a los agentes externos a través del calzado, nos decantamos muchas veces por zapatos diseñados para ser bonitos antes que funcionales.

Si preguntas a cualquiera la razón de por qué usamos zapatos, muchos dirían: «para proteger los pies». Sin embargo, sabemos que nuestros pies son capaces de desarrollar los callos necesarios para evitar pinchazos y laceraciones.

Otros muchos contestarían: «para proporcionar amortiguación«. Esta idea, totalmente errónea, es la que ha creado la tendencia del tacón en los zapatos masculinos, más allá del tacón femenino.

La elevación del talón conduce a un patrón de caminar disfuncional, al acortar la distancia de contacto del pie con el suelo, además de muchas otras implicaciones.

Los zapatos estrechos comprimen los dedos de los pies, creando inestabilidad, deformidades y problemas de circulación sanguínea.

Otra moda reciente son los zapatos con apoyo en el arco plantar. El mecanismo de arco alto es un componente esencial de nuestra marcha. Cuando añadimos soporte para el arco a los zapatos, nuestro cerebro, en una búsqueda constante de ahorrar energía, apagará el sistema de soporte muscular de esa zona. Y así nació uno de nuestros grandes inventos: los pies planos.

Efectos negativos del calzado moderno

En general, los seres humanos hemos ido adoptando hábitos cada vez más incoherentes con nuestra naturaleza: sedentarismo, alimentación basada en carbohidratos refinados, estrés crónico, falta de exposición a la luz del sol…

Y dentro de esos hábitos antinaturales a nuestra biología que hemos adaptado recientemente tenemos el calzado moderno, que a la larga conduce a una serie de problemas.

Atrofia muscular

El calzado moderno atrofia la infinidad de músculos que tenemos en los pies, haciendo que funcionen como un todo, cuando en realidad evolutivamente la naturaleza los diseñó para que sean capaces de adaptarse a los diferentes terrenos.

Fascitis plantar

Otro de los problemas muy extendido con el calzado moderno es la tan frecuente fascitis plantar. Esta estructura fibrosa se extiende desde el hueso calcáneo del talón hasta la base de los dedos y su inflamación es muy habitual.

Acortamiento del tendón de Aquiles

Sobretodo por el uso de zapato con tacón y de calzado deportivo con drop, es decir, con mayor grosor de suela en el talón que en la parte anterior de la zapatilla, lo que produce una caída de talón hacia los dedos.

Este acortamiento se traduce en un debilitamiento del tendón de Aquiles, que conduce a tendinitis y tendinosis.

Este problema es típico en los llamados «guerreros de fin de semana», que participan en carreras largas esporádicamente.

Cambio de la biomecánica

Cuando usamos tacones, tanto si el tacón es alto como más bajo, se modifica la postura corporal, desplazándose el tronco hacia adelante, es decir, el centro de gravedad.  

Para compensar este desplazamiento se aumenta la curvatura de la espalda, la lordosis, al tiempo que la pelvis se rota.

Por cada pulgada de tacón, la pelvis se rota entre 10 a 15 grados.

Esto genera estrés y tensión en los músculos isquiotibiales, las rodillas, los hombros y la espalda.

El centro de gravedad debería estar justo en el plano del  eje. El desplazamiento anterior produce una micro-compensación constante, además de un adelantamiento del cuello que derivará en problemas cervicales, como dolor o artrosis cervical.

Cambio de la zancada

Otro cambio en el calzado actual es una mayor amortiguación, un mayor acolchado en la zona anterior del zapato o zapatilla que hace que cambiemos la forma en la que pisamos.

Este efecto lo notan especialmente los corredores.

En nuestros orígenes, cuando corríamos, hacíamos la aproximación con la parte delantera del pie, con la almohadilla de grasa que hay en esa zona y cuya función es precisamente amortiguar la pisada.

Ahora, con el calzado moderno amortiguado se favorece que el impacto sea inicialmente con el talón, que es una zona que no está tan protegida. Todo ese impacto trasmite energía al resto de articulaciones, la columna vertebral, etc. y surgen problemas con ese efecto dominó en la cadena cinética.

Deformación de los dedos

Los dedos de los pies, de una manera natural, tienden a estar más separados de lo que normalmente los tenemos hoy en día debido al enclaustramiento del calzado moderno.

Con la compresión de los dedos, el dedo gordo se gira hacia el interior, lo que sobrecarga la fascia plantar y puede terminar generando la temida fascitis plantar.

Con el tiempo se pueden generar deformidades (juanetes), dedos en martillo, uñas encarnadas y otros problemas.

Pérdida de propiocepción

La propiocepción es la percepción inconsciente de nuestra propia postura y movimiento.

Cuando vamos caminando por el campo descalzos, y nos pinchamos, enseguida corregimos para evitar clavarnos lo que tenemos debajo, eso es la respuesta del sistema nervioso, que es capaz de reconocer esos estímulos y dar una adaptación inmediata.

El ir siempre con calzado nos hace perder esta capacidad.

¿Es bueno andar descalzos?

Si habéis visitado Australia, os habrá llamado la atención que muchísimas personas van descalzas por la calle, por el supermercado, en las terrazas…

Para conseguir los beneficios de andar descalzos podemos hacerlo en casa, por supuesto, pero además cada vez más personas se descalzan también en la oficina  o lugar de trabajo.

Pero es importante destacar que aquellos que quieran explorar este mundo de pasar más tiempo descalzos deberían hacerlo de forma muy, muy progresiva durante meses o incluso años.

Además de pasar descalzos el mayor tiempo posible, existen otras estrategias para minimizar este efecto negativo del calzado moderno.

Cuando nos compremos calzado, deberíamos elegir aquel que nos ayude a aproximar más la pisada y la biomecánica de nuestro cuerpo a una pisada natural, como la original que teníamos cuando no usábamos zapatos. Calzado sin drop, ni acolchamiento y que permita una total libertad frontal del pie.

Para la práctica de ciertos deportes, ir a la playa, etc. podemos utilizar calzado minimalista, que consiste básicamente en una cobertura en goma del pie, con los cinco dedos separados (similar a un guante de mano, pero para el pie).

La transición a pasar tiempo descalzos debe ser muy progresiva, porque si intentamos atajar pasos con demasiada rapidez lo más probable es que nos lesionemos y tengamos problemas más graves de los que nos pueda ocasionar el estar siempre calzados.

Ejercicios para la movilidad del pie

Además de andar descalzos, también es conveniente hacer movimientos y ejercicios con los pies, para ganar salud e integridad biomecánica:

  • Trabajos manuales con los dedos de los pies: Moverlos, abrirlos y separarlos con las manos, presionar hacia uno y otro lado, buscar el movimiento y liberarlo. Siempre con sumo cuidado.
  • Trabajos con pelota: Con una pelota que puede ser de golf o de tenis, o la más óptima, que es una pelota de lacrosse, que se utiliza en trabajo de movilidad articular y liberación de puntos gatillo, podemos realizar un sencillo ejercicio que es presionar la pelota con el pie, rotar y presionar (sin que haya dolor).
  • Trabajos con stick: Los podemos hacer con un palo de una escoba o con  cualquier otro palo que tengamos disponible. Los ejercicios serían los mismos que hacemos con la pelota.

Todos estos ejercicios van a ayudar a que el pie se abra, se liberen todas las tensiones que tenemos y, poco a poco, vaya recuperando la movilidad que debe tener.

Además, promueves la propiocepción de la que hablábamos antes, activando esas más de 200.000 terminaciones nerviosas que tenemos en las plantas de los pies.

Si queremos optimizar nuestra salud, y desplegar nuestro máximo potencial, debemos recordar de dónde venimos y qué es lo que somos.

¿Qué te ha parecido este artículo? ¿Eres de los que anda descalzo a menudo?

Déjanos un comentario. Gracias.

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18 comentarios en “Inconvenientes del calzado moderno”

    1. Blanca Cianciarulo

      Hola chicos,pase mi infancia descalza x gusto.Ahora tengo 80 años y paso mis veranos descalza, estudié sobre las zonas reflejas de los pies «Reflexología»y ahí me di cuenta de lo abien que hace ir descalzo.Buenos temas,felicitaciones cómo siempre.

    2. Martha Páez Reyes

      Muchas gracias por estos artículos tan buenos que dan a conocer y que ayudan tanto. Saludos desde Veracruz, México.

  1. Ángeles Beri

    Genial el artículo. Es un tema del que no se habla mucho. Por ejemplo, es increíble cómo hay uniformes de trabajo que incluyen zapatos de tacón alto

  2. Genial. Mi problema actual , conseguir calzado. Tendré que hacer a medida $$$$$. Cansada de regalar zapatillas nuevas. Mi hija siempre en patas 😂 tuve que explicarle a la docente, pues se sacaba en la escuela. Gracias 🧦

  3. Sí esto ya lo sabía,pero no voy a ir descalza por Barcelona.
    En casa ya lo hago.
    Gracias de todas formas.
    Un saludo

  4. Es evidente que estamos involucionando, a este ritmo, las nuevas generaciones vivirán menos que las anteriores, y los que vivan más, será a base de pastillas, lamentable pero real.

  5. José Rosado González

    Me parece muy interesante. Yo ya he llgado a la fascitis plantar llevo muchos meses y es difícil de salir.

  6. Ángeles Ruescas

    Me pasé la infancia y adolescencia con zapatos que no eran míos y después trabajé con los «adecuados» al uniforme sanitario durante 50 años…consecuencia: los problemas de espalda y articulares no tienen final. Estaría bien educar desde la escuela en una asignatura de cuidado y salud corporal. Gracias por vuestro trabajo. Soy mujer

  7. Gloria Inés Angel

    Buen día
    Excelente explicación a problemas actuales de salud.
    Mi hijo nació prematuro 8 meses y desde muy corta edad le diagnosticaron desplazamiento de cadera, recibió infinidad de tratamientos entre ellos prótesis para displacia por dos años. Cuando cumplió 18 meses y quería comenzar a gatear camino y es aquí donde el ortopedista me dice debemos colocarle zapatito notuerce y seguidamente le diagnostica pie piano por tanto debería usar plantillas para corregirlo al igual que indico muchos ejercicios, con canicas con palos caminar hacia atrás en talones hacia adelante en punta de pie. Y para cuando cumple 3 añitos me pegó que regaño aduciendo mi inconstancia en el tratamiento indicado y que debía someterlo a una cirugía de cadera; fue tanta mi angustia que por 3 años mantuvo aparatos, zapatos y plantillas las 24 horas.
    Huy en un joven de 25 años el que no soporta largas caminatas ni estar mucho tiempo de pie 👣.
    He querido contarles mi experiencia y de paso no sé cómo explicar pero sería que mi hijo nació con todos estos quebrantos heredados de mi sedentarismo y una agitadisima vida social con tacones de hasta 15 cm.
    Quiero expresar mi ADMIRACIIN POR ESE DON DE PERSONAS INCREÍBLES, no es fácil impartir tanto conocimiento y de forma tan sencilla. Un gran abrazo y Dios y la virgencita Santísima los continúe bendiciendo 🙏☺️

  8. Carme Ferré

    Me encanta todo lo que publicáis.
    Me pregunto si no importa qué tipo de suelo tengamos dentro decasa, p.ej. aunque no tengamos suelo de madera, es bueno igual ir descalzo?

  9. muy interesante como todos vuestros artículos. Creo que buscaré esas zapatillas con deditos. Gracias por compartir vuestros conocimientos.

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